domingo, 6 de marzo de 2011

Baltasar Gracián II

200. Tener algo que desear, para no ser felizmente desgraciado. El cuerpo respira y el espíritu aspira. Si todo se reduce a poseer, sólo habrá decepción y descontento. Hasta para la inteligencia siempre debe quedar algo que aprender, algo en que se cebe la curiosidad. Se vive de esperanza los excesos de felicidad son mortales. Lo hábil es premiar si saciar. si no hay nada que desear se teme todo: felicidad infeliz. Donde termina el deseo comienza el temor.

P.D.: Son aforismos escogidos al azar. Pero siempre una lección.

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